El hielo invernal del ártico en declive constante
La máxima extensión de hielo marino ártico alcanzada en el 2011 justo antes de comenzar la temporada del deshielo parece haber igualado a la del año con la máxima más pequeña (2006), desde que comenzaron a efectuarse mediciones sistemáticas y razonablemente precisas por satélite (desde 1979).
Así lo ha constatado un equipo de científicos del Centro Nacional estadounidense de Datos de Hielo y Nieve de la Universidad de Colorado en Boulder.
El equipo de Walt Meier calcula que el valor anual más bajo de tal extensión máxima (de unos 14.630.000 kilómetros cuadrados) se alcanzó el 7 de Marzo pasado. Este valor estuvo aproximadamente 1.200.000 kilómetros cuadrados por debajo del promedio del periodo 1979-2000. La extensión de hielo de esta diferencia bastaría para cubrir los estados de Texas y California, y aún sobraría hielo.
Casi todos los climatólogos son de la opinión de que la notable reducción del hielo del Océano Ártico se debe a las temperaturas crecientes de la región, que son el resultado del aumento de los gases de efecto invernadero producidos por actividades humanas.
El calentamiento global parece seguir una trayectoria firme, ya que los siete valores más bajos de la máxima extensión anual del hielo ártico medidos por satélites corresponden todos ellos a los últimos siete años.
La situación está llegando a extremos tales que algunos científicos, incluyendo investigadores de la Universidad de Colorado, ya vaticinan que el Océano Ártico estará totalmente desprovisto de hielo durante los veranos dentro de varias décadas.
Que haga menos frío en el Ártico durante el verano puede parecer intrascendente, pero, por lo que se sabe, este mar funciona como un aparato de aire acondicionado global para el sistema climático del planeta, enfriando de forma natural grandes masas de aire y agua, desempeñando un importante papel en la circulación oceánica y reflejando la radiación solar de regreso hacia el espacio, evitando que se caliente más la Tierra.
En resumidas cuentas, todo apunta a que ese deshielo estival total del Ártico tendrá grandes repercusiones en el clima global del planeta.
Fuente: NCYT
La máxima extensión de hielo marino ártico alcanzada en el 2011 justo antes de comenzar la temporada del deshielo parece haber igualado a la del año con la máxima más pequeña (2006), desde que comenzaron a efectuarse mediciones sistemáticas y razonablemente precisas por satélite (desde 1979).Así lo ha constatado un equipo de científicos del Centro Nacional estadounidense de Datos de Hielo y Nieve de la Universidad de Colorado en Boulder.
El equipo de Walt Meier calcula que el valor anual más bajo de tal extensión máxima (de unos 14.630.000 kilómetros cuadrados) se alcanzó el 7 de Marzo pasado. Este valor estuvo aproximadamente 1.200.000 kilómetros cuadrados por debajo del promedio del periodo 1979-2000. La extensión de hielo de esta diferencia bastaría para cubrir los estados de Texas y California, y aún sobraría hielo.
Casi todos los climatólogos son de la opinión de que la notable reducción del hielo del Océano Ártico se debe a las temperaturas crecientes de la región, que son el resultado del aumento de los gases de efecto invernadero producidos por actividades humanas.
El calentamiento global parece seguir una trayectoria firme, ya que los siete valores más bajos de la máxima extensión anual del hielo ártico medidos por satélites corresponden todos ellos a los últimos siete años.
La situación está llegando a extremos tales que algunos científicos, incluyendo investigadores de la Universidad de Colorado, ya vaticinan que el Océano Ártico estará totalmente desprovisto de hielo durante los veranos dentro de varias décadas.
Que haga menos frío en el Ártico durante el verano puede parecer intrascendente, pero, por lo que se sabe, este mar funciona como un aparato de aire acondicionado global para el sistema climático del planeta, enfriando de forma natural grandes masas de aire y agua, desempeñando un importante papel en la circulación oceánica y reflejando la radiación solar de regreso hacia el espacio, evitando que se caliente más la Tierra.
En resumidas cuentas, todo apunta a que ese deshielo estival total del Ártico tendrá grandes repercusiones en el clima global del planeta.
Fuente: NCYT
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