El cambio climático ocupa el primer lugar en la lista de amenazas. Como los océanos absorben dióxido de carbono atmosférico generado por las actividades humanas, se acidifican. Esta acidificación avanza a un ritmo alarmante, dañando las especies y los ecosistemas marinos. El blanqueo de los corales debido al aumento de las temperaturas afecta no sólo a los arrecifes coralinos, sino también al turismo, al sector pesquero y a las poblaciones costeras que dependen de la salud y del buen funcionamiento de los océanos.
Pero los océanos son también un arma eficaz contra el cambio climático. Los ecosistemas costeros, como los manglares, los humedales, las praderas marinas y las marismas salobres, captan y almacenan grandes cantidades de carbono. Y diversas energías renovables marinas, por ejemplo la energía eólica marina y la energía mareomotriz, tienen un promisorio potencial para contribuir a reducir las emisiones carbónicas.
Fuente: Ocean commotion
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