La alteración que se esta produciendo es muy peligrosa en el ecosistema del Atlántico, se trata de unas especies procedentes del océano Pacífico, entre ellas un diminuto plancton y la ballena gris, han entrado al Atlántico a través del Ártico por la reducción de la capa de hielo que ha formado un corredor marino por el noroeste.
De esta manera lo revelan científicos europeos en un articulo publicado en la revista "Nature", en el que señalan que el retorno del plancton, no visto en el Atlántico durante 800.000 años, es un cambio no bien recibido debido al impacto que tiene en la red alimentaria marina.
Algunos expertos indican que se trata del neodenticula seminae, un plancton microscópico que quedó extinto hace miles de años en el Atlántico Norte pero que está otra vez presente al conseguir pasar desde Pacífico por la gran reducción del hielo.
Si bien esta alga diminuta es fuente de alimento, no es bien recibida por los expertos, pues afirman que cualquier cambio en la base de la red alimentaria podría, al igual que un terremoto, modificar la actual vida marina del océano Atlántico.
Las investigaciones en las que están implicados científicos que trabajan en el proyecto CLAMER, una colaboración de 17 instituciones marinas de 10 países europeos, entre las cuales esta el Consejo de Investigación Científica de España y el Laboratorio Marino de Plymouth (Reino Unido).
De esta manera lo revelan científicos europeos en un articulo publicado en la revista "Nature", en el que señalan que el retorno del plancton, no visto en el Atlántico durante 800.000 años, es un cambio no bien recibido debido al impacto que tiene en la red alimentaria marina.
Algunos expertos indican que se trata del neodenticula seminae, un plancton microscópico que quedó extinto hace miles de años en el Atlántico Norte pero que está otra vez presente al conseguir pasar desde Pacífico por la gran reducción del hielo.
Si bien esta alga diminuta es fuente de alimento, no es bien recibida por los expertos, pues afirman que cualquier cambio en la base de la red alimentaria podría, al igual que un terremoto, modificar la actual vida marina del océano Atlántico.
Las investigaciones en las que están implicados científicos que trabajan en el proyecto CLAMER, una colaboración de 17 instituciones marinas de 10 países europeos, entre las cuales esta el Consejo de Investigación Científica de España y el Laboratorio Marino de Plymouth (Reino Unido).